Para el pescador desconsiderado, los peces son objetos, incluso mercaderías, que sencillamente nos proporcionan un divertimento ocasional. Sin embargo, cuando el pescador los observa y entiende, los peces rezuman una majestuosa calidad. Una vez descubierta la máscara, el pez se nos revela fascinante, se trata de una criatura compleja y, a la par, con una vida en constante cambio, que difícilmente podremos conocer nunca por completo. Su belleza se refleja asimismo en el agua: de hecho, la apariencia de un pez recién capturado puede parecer maravillosa, pero en su hábitat natural es incluso más gloriosa…
…Cuando más sepamos acerca de los peces y de las aguas que habitan, mayor será nuestro deseo de protegerlos y no herirlos. Tal vez, transcurrido algún tiempo, consideremos que es mejor observarlos que capturarlos. Si se encuentra frente a un buen ejemplar, lógicamente deseará pescarlo; pero recuerde que los de tamaño medio deben nadar libremente. Por encima de todo, debemos amparar las aguas de la contaminación, el vandalismo y los escombros. El pescador que ha visto lo que oculta la máscara es el mejor guardián que pueden tener los ríos y los lagos de nuestro planeta.>>
John Baile